Un vestidor a medida en tu casa
Un vestidor es uno de esos pequeños lujos que realmente pueden hacernos muy felices. Por eso, a veces hay que replantearse las prioridades en la vida ¿necesito más una habitación de invitados o un vestidor? Quizás la habitación de invitados la uses dos o tres veces al año, mientras que el vestidor será algo que disfrutes todos los días.
Otras maneras de ganar espacio para un vestidor son ampliar la habitación si esta cuenta con terraza cerrada, siempre que lo permitan las normas del edificio en el que se vive o ganar un poco de espacio extra moviendo el tabique que separa el dormitorio de la habitación colindante. Hay que pensar que una vez hecho el vestidor no se necesita armario en la habitación, por lo que esta puede ser más pequeña sin que suponga un problema.
Una vez que te has decidido, tienes que diseñarlo
Una vez que se ha decidido que se hará el vestidor y se tiene ya el hueco para ello llega el momento de diseñarlo. Para ello, lo mejor es contar con el asesoramiento de profesionales como los que puedes encontrar en Agloma.
Un buen profesional se tomará tiempo para hacer un diseño junto con los clientes, ya que tiene que entender qué es lo que esperan de esa habitación: si quieren más espacio para calzado o desean tener mucho lugar para vestidos largos. Si prefieren colgar toda la ropa o por el contrario doblan jerséis, camisetas y similares etc.
Muchas veces, lo mejor es trabajar sobre un dibujo inicial realizado por los carpinteros que vayan a llevar a cabo el proyecto. A partir de ahí se pueden realizar cambios y modificaciones hasta estar seguros de qué es lo que realmente se desea.
El diseño está listo, manos a la obra
Es importante tener muy claro el diseño ya que una vez que se comience a trabajar realizar cambios puede ocasionar retrasos y subidas en el precio final del vestidor. Por eso, si es necesario, hay que tomarse unos días antes de dar el ok para comenzar a cortar la madera y a encargar las piezas.
Cuando ya se tiene todo muy claro y estudiado, es el momento de comenzar con los trabajos. El resultado final valdrá la pena porque un vestidor es todo un desahogo para poder colocar toda la ropa, el calzado y los complementos y tener siempre ordenadas las cosas.