Casi un siglo de estudios: los científicos nos traen la clave para una vida más larga y feliz
Las encuestas muestran que la mayoría de los jóvenes cree que riqueza y fama son claves para tener una vida feliz. Pero un estudio de Harvard citado por The New York Times sugiere que una condición crucial para vivir una vida larga y feliz no es la cantidad de dinero que se acumula ni la notoriedad que se obtiene.
Un ‘termómetro’ mucho más importante para medir la salud y el bienestar son las relaciones con los parientes, amigos y cónyuges. Así lo ha determinado una investigación que, desde 1938, ha seguido de cerca y ha examinado las vidas de más de 700 hombres y, en algunos casos, de sus esposas. En los últimos tiempos, la investigación está encabezada por Robert Waldinger.
El estudio comenzó en Boston en la década de los 30 con dos grupos muy diferentes de jóvenes varones. En el primer caso, un equipo de investigadores decidió rastrear estudiantes universitarios de Harvard durante su período adulto para ver qué factores desempeñaban un papel importante en su crecimiento y éxito. El estudio reclutó a 268 estudiantes de segundo año y los observó detenidamente, con frecuentes entrevistas y exámenes de salud.
Al mismo tiempo, un profesor de la Escuela de Derecho de Harvard llamado Sheldon Glueck comenzó a estudiar a hombres jóvenes de algunos de los barrios más pobres de Boston, incluyendo 456 que lograron evitar ser delincuentes a pesar de provenir de hogares problemáticos. Finalmente, los dos grupos se fusionaron en un solo estudio.
Los individuos bajo escrutinio siguieron caminos muy distintos. Llegaron a ser todo tipo de personas, desde alcohólicos hasta presidentes (en el caso de John F. Kennedy), desde hombres de negocios hasta enfermos mentales. A través de los años, la investigación ha producido muchos hallazgos notables. Por ejemplo, resulta que para envejecer bien físicamente, lo más importante es evitar fumar. El alcohol es la causa principal del divorcio, mientras que abusar del alcohol a menudo precede a la depresión (y no al revés).
Al analizar los factores que influían fuertemente en la salud y el bienestar de los participantes, los científicos encontraron que las relaciones con los amigos, y especialmente con las esposas, eran fundamentales. Las personas inmersas en relaciones más fuertes estaban protegidas contra las enfermedades crónicas, las enfermedades mentales y la pérdida de memoria, incluso si esas relaciones tuvieron muchos altibajos.
“Durante estos 75 años, nuestro estudio ha demostrado que las personas con las mejores vidas fueron las que tenían mejores relaciones con su familia, amigos y con su comunidad en general”, concluyó Robert Waldinger.